Cuando empiezas a hablar con los animales, o mejor dicho cuando empiezas a escuchar a los animales, te das cuenta de lo terriblemente egocéntricos que somos los humanos.
Desde que tengo memoria he tenido una relación muy especial con los animales, cuando estaba triste o enferma mis gatas siempre estaban allí para consolarme, a mi llegada de la escuela allí estaban en la entrada esperándome, contentas de verme de nuevo. Pero la verdad ( y me duele reconocerlo ) es que nunca me pregunté si ellas eran felices, cuales eran sus necesidades, sus miedos... que ignorante mente egoísta era, me conformaba con jugar con ellas , proporcionarles la comida, amarlas.
Debemos pensar que ellos tienen su propia vida, miedos, necesidades, penas, que cuando entre nosotros hablamos de ellos o tenemos un pensamiento sobre ellos, ELLOS nos están escuchando. Cuando les prometemos una chuchería si hacen esto o aquello y luego no se la damos, les engañamos. Pensad en cuantas ocasiones, les mentimos, engañamos, les tratamos de tontos o inútiles...y creerme ellos lo saben.
Debemos tratarles igual que trataríamos a otro ser humano, nuestros pensamientos son tan claros para ellos como la luz del día, siempre están a la escucha.
Así que os aconsejo que cuando por ejemplo prometáis a vuestro perro dejarle dormir en vuestra habitación si deja de morder vuestras zapatillas, cumplid lo si el también cumple su trato.
Cuando no quiera hacer una cosa o se asuste, no le tratéis de tonto o inútil, preguntaros el porqué ( quizá hay algo que le miedo ), seguro que el os lo está diciendo hace rato, intentad escucharlo.
Muchos problemas de convivencia se solucionan hablando y llegando a acuerdos, entre los humanos y con nuestros compañeros animales.
